Una tecnocracia es una ideología o forma de gobierno en la que los responsables de la toma de decisiones se eligen para el cargo en función de su experiencia técnica y sus antecedentes, o dicho de otro modo, la técnica, entendida como la ciencia aplicada, pues la ciencia es el pilar de esta idea, se encarga de la administración del Estado. Una tecnocracia difiere de una democracia tradicional en que las personas elegidas para liderar, son elegidas a través de un proceso que enfatiza sus habilidades y técnicas relevantes y su desempeño comprobado, en lugar de si se ajustan o no a los intereses mayoritarios de un voto popular. Los individuos que ocupan tales puestos en una tecnocracia se conocen como “tecnócratas”.
ANTECEDENTES DE LA TECNOCRACIA
Dicho esto suena bastante bien el tema de la tecnocracia, personas expertas y técnicas en distintas materias toman posesión en diferentes lugares de poder que componen al Estado, y que a su vez, persiguen la erradicación de todo componente irracional en la toma de decisiones que puedan alejar a la sociedad del bienestar y del avance tecnológico.
Pero como todo en la vida, no está exento de errores y aplicaciones, como posiblemente ya sepas.
Los críticos dicen, además de muchas otras cosas, que la tecnocracia es antidemocrática, ya que favorece y recompensa a aquellos con experiencia técnica sobre la elección y la voluntad de la población.
Comentan también que los tecnócratas generalmente no se hacen responsables de sus actos ante la gente; por lo tanto, creen que no se les puede confiar cuestiones importantes en relación con los valores o a la dirección general de un país. En una democracia, los políticos son aquellos que representan la voluntad del pueblo, para que puedan ver y actuar sobre el panorama general del país. Por lo que los tecnócratas deberían de trabajar para los políticos y luego los políticos tendrían que rendir cuentas con la gente a través de medios democráticos como los parlamentos.
Lamentablemente a día de hoy, el liderazgo y la capacidad técnica rara vez van con la misma persona. Además de eso, tenemos el proceso político, costumbre muy arraigada en el ser humano, y pilar principal de lo que se entiende como “democracia” hoy en día, en el que se necesitan los votos de las personas para elegir a un gobernante, o mejor dicho, elegir al partido que elige al gobernante, independientemente de lo mucho o poco preparado que este para gobernar. Precisamente, poseer estas tres cosas; liderazgo, capacidad técnica y favor del pueblo en una sola persona es complicado, que no imposible.
Por suerte, entre los errores asoman los aciertos, y es de lo que quiero hablar hoy, una vez más la historia nos brinda ciertas excepciones, de la mano de la antigua roma vienen 6 pesos pesados de como los potencialmente mejor preparados pueden gobernar como los mejores, con mucho sacrificio detrás para lograrlo, y más si hablamos de un Imperio como fue el romano.
LA DINASTÍA NERVA-ANTONINA
Dinastías en el Imperio romano hay muchas, pero una característica identificaría de esta dinastía, la cual garantizó su supervivencia por 84 años con cinco emperadores notables, seis si contamos a Lucio Vero como co-emperador junto a Marco Aurelio, era la elección de un sucesor por parte del gobernante. Como la mala suerte (o la voluntad de los dioses) no le proporcionó herederos a los cuatro primeros emperadores, el trono pasó en cada caso a un hombre considerado por el emperador como el mejor para el puesto, iniciando así un proceso de adopción, precisamente como las dinastías dictan que el sucesor del gobernante debe ser un “familiar”, y ateniéndonos a las leyes romanas del momento, una adopción establecía un vínculo legal tan fuerte como el de un hijo biológico.
Cabe resaltar que la Edad de Oro de Roma, que fue un período de prosperidad bastante considerable, cayó bajo “Los Cinco buenos emperadores” que pertenecían a esta misma dinastía, concretamente los protagonistas de esta “Edad de Oro” fueron: Nerva, Trajano, Adriano, Antonino Pío y Marco Aurelio.
El término de “Los Cinco Buenos Emperadores” fue acuñado por el filósofo político, Nicolás Maquiavelo, en 1503:
El historiador del siglo XVIII, Edward Gibbon, en su obra “La historia del declive y la caída del Imperio Romano», argumenta que el gobierno de los Antoninos fue una época en que “el Imperio Romano estaba gobernado por el poder absoluto, bajo la guía de la sabiduría y la virtud». Gibbon cree que los dictadores benevolentes y sus políticas moderadas son inusuales y contrarios a sus sustitutos más opresivos.
Con esto volvemos al debate que comentaban los críticos anteriormente, la fina línea que puede separar a un tecnócrata de un dictador, que esa persona además de poseer sabiduría y virtud, pese a no ser elegida por la mayoría del pueblo, posea la “técnica» que lo diferencie, como dice Gibbon, la diferencia entre dictadores benevolentes y dictadores opresivos, o dicho en nuestra época actual, la diferencia entre un tecnócrata y un dictador como tal.
Gibbon llega a decir:
Por lo tanto la dinastía Nerva-Antonina fue una dinastía de siete emperadores romanos, que gobernaron sobre el Imperio Romano durante un período de prosperidad desde el 96 d.C hasta el 192 d.C. Gran parte de ellos llegados al poder por métodos tecnocráticos. Estos emperadores son Nerva, Trajano, Adriano, Antonino Pío, Lucio Vero, Marco Aurelio y Cómodo.
Con el asesinato de Cómodo en el 192 d.C, la dinastía Nerva-Antonina llegó a su fin; fue seguido por un período de turbulencia, conocido como el “Año de los Cinco Emperadores», esta vez sin el adjetivo de “buenos», pero eso es otra historia.
LOS PRIMEROS TECNÓCRATAS DE LA HISTORIA
NERVA
Nerva fue emperador romano desde el 96 d.C. hasta el 98 d.C.
En el 96 d.C Domiciano fue asesinado en una conspiración de palacio que involucraba a miembros de la Guardia Pretoriana y varios de sus libertos. El mismo día, Nerva fue declarado emperador por el Senado romano. Esta ocasión está marcada por ser la primera vez que el Senado elegía a un emperador romano desde la fundación del Imperio.
Una revuelta de la Guardia Pretoriana en octubre del 97 d.C. esencialmente lo obligó a adoptar un heredero. Después de algunas deliberaciones, Nerva eligió a Trajano, un general joven y popular, como su sucesor. Después de apenas quince meses en el cargo Nerva murió por causas naturales en el 98 d.C, y tras su muerte, fue sucedido y deificado por Trajano.
Nerva vio una reconciliación parcial entre el ejército, el Senado y los plebeyos. Aunque el mayor éxito de Nerva fue su capacidad para garantizar una transición pacífica del poder imperial después de su muerte, fundando así la dinastía Nerva-Antonina.
- Era sabio y moderado.
- Su capacidad para garantizar una transición pacífica del poder imperial.
- Haber creado la mejor dinastía del Imperio romano.
- No sabía mucho sobre asuntos exteriores y carecía de experiencia militar.
- Incapacidad para afirmar su autoridad sobre el ejército romano.
TRAJANO
Trajano fue emperador romano desde el 98 d.C. hasta el 117 d.C. Oficialmente declarado por el Senado como “optimus princeps» (el mejor gobernante).
Uno de sus primeros actos como emperador fue liberar a los injustamente encarcelados durante el reinado del emperador Domiciano.
Abandonó la política de Augusto, de no tratar de expandir el Imperio. Trajano estaba decidido a expandir las fronteras de Roma y, por primera vez en un siglo, siguió una política activa de conquista. Lanzó muchas campañas exitosas y amplió el Imperio a la actual Rumanía (llamada Dacia en ese momento), Mesopotamia y la península del Sinaí.
Creó una política interna poderosa, restauró el sistema de carreteras en ruinas y construyó muchas construcciones nuevas como puentes, acueductos, baños públicos y un moderno puerto de Ostia.
- Fue un exitoso soldado-emperador.
- Presidió la mayor expansión militar en la historia romana…
- Lo que provocó que el Imperio alcanzara su máxima extensión territorial.
- Se volcó en mejorar las infraestructuras internas del Imperio.
- Comenzó a dar bienestar estatal a los niños pobres.
- Sus aventuras en Partía fueron costosas y podrían haber terminado en un desastre.
ADRIANO
Adriano fue emperador romano desde el 117 d.C. hasta el 138 d.C. Se podría decir que Adriano era el polo opuesto a Trajano en el sentido de que se centró plenamente en mantener el Imperio en vez de seguir expandiéndolo.
Es conocido por sus proyectos de construcción y su compromiso con su estilo de vida militar.
Otra de sus contribuciones a la cultura fue la introducción de la barba en la sociedad romana, la cual era símbolo de su filohelenismo, ya que le gustaba bastante la filosofía, en especial el estoicismo.
Se suele comentar que el sucesor predilecto de Trajano fue Lucio Quieto, y no Adriano. Como quiera que fuese, Adriano se convirtió en emperador y ordenó la destitución de Lusio Quieto porque se “descubrió» un complot contra él, en el que estaban envueltos cuatro senadores, entre ellos el mismo Lusio Quieto, a los que se les condenó a muerte sin celebrarse un juicio…cada uno que saque sus propias conclusiones.
- Amante e impulsor de la cultura y la filosofía.
- Trabajo en que la sucesión imperial siguiera en manos de los mejores.
- Viajero y cercano con la gente, sobre todo con los soldados.
- El Imperio romano dependía bastante de la guerra, así que su estancamiento es uno de los varios motivos más aceptados de su futura decadencia.
- Sus actos antes de asentarse como emperador del Imperio son cuestionables.
ANTONINO PÍO
Antonino Pío fue emperador romano desde el 138 d.C. hasta el 161 d.C. De la misma forma que Adriano se diferenciaba de Trajano en evitar la guerra y la expansión, la diferencia en Antonino y Adriano era la movilidad, pues mientras Adriano fue viajando durante todo su mandato, Antonino Pío solo se quedó en Roma y sus alrededores.
Antonino fue considerado como un administrador experto. Dio acceso gratuito a la gente del imperio al agua potable que se amplió con la construcción de más acueductos, así como más puentes y caminos. También revisaba a sus funcionarios para asegurarse de que no desperdiciarán nada.
Cuando las ciudades eran víctimas de incendios o terremotos, les enviaba ayuda y perdonaba sus impuestos en la reconstrucción.
Logró dejar atrás un tesoro público considerable de alrededor de dos millones y medio de sestercios, una hazaña meritoria, ya que Roma jamás fue testigo de que otro emperador dejara a su sucesor tal cantidad de dinero. Pero este tesoro se agotó casi inmediatamente después del reinado de Antonino, debido a la plaga traída por los soldados después de la victoria parta.
Por último tener en cuenta su sucesión, que ya fue programada por Adriano, cuando le “obligó” a Antonino a adoptar a dos chavales llamados Marco Aurelio y Lucio Vero para el puesto, cometido que cumplió como ya sabemos todos, en señal de su buena lealtad.
- Su reinado fue el más pacífico en toda la historia del Imperio romano.
- Amplio sentido de la justicia.
- Grandísimo administrador.
- Lealtad a su sucesor y predecesor.
- Resolvió pacíficamente muchos conflictos bélicos, aunque eso le dio tiempo a los enemigos de Roma para rearmarse en guerras posteriores.
LUCIO VERO
Lucio Vero fue emperador conjuntamente con Marco Aurelio desde el 161 d.C. hasta el 169 d.C. A través de la adopción por el mismo padre, Marco y Lucio eran hermanos.
En el 162 d.C. Marco Aurelio envió a Lucio al este para dirigir la campaña contra Partía. Allí debía resolver los disturbios, donde el río Éufrates servía de límite con el reino de los partos.
Lucio fue eficiente en su práctica de delegar la autoridad a generales capaces, así como en la obtención y distribución de suministros militares necesarios.
Pero a pesar de su victoria en el Este, estos no fueron buenos tiempos para Roma. La plaga se había extendido por toda la ciudad, y la frontera norte estaba amenazada por la guerra.
Cuando Lucio regresaba junta a Marco Aurelio a su hogar en el año 169 d.C., repentinamente cayó enfermo. Tres días después, a la edad de 38 años, Lucio Vero murió. Hay rumores de que fue el resultado de un complot de su suegra, Faustina, o incluso de Marco Aurelio, pero no hay pruebas concluyentes ni motivos justificados.
- Personalidad alegre.
- Leal a su hermano Marco Aurelio.
- Tenía fama de haber sido uno de los emperadores más hermosos.
- Nada destacable.
MARCO AURELIO
Marco Aurelio fue emperador romano desde el 161 d.C. hasta el 180 d.C. Apodado el “filósofo-emperador», disfrutó no solo de buenos éxitos militares durante su reinado, sino que sus escritos sin título, comúnmente conocidos como “Meditaciones», es la fuente más importante de nuestra comprensión moderna de la antigua filosofía estoica, si con Adriano teníamos a un amante de la filosofía ahora con Marco Aurelio teníamos a todo un filósofo como emperador romano.
Gobernó con Lucio Vero como co-emperador desde el 161 d.C. hasta la muerte de Vero en el 169 d.C. Esta es una maniobra bastante interesante por parte de Marco Aurelio, ya que se aseguraba así que Lucio Vero no codiciase el trono e intentara asesinarle, recordemos que el Senado quería que gobernara solo Marco Aurelio y este se negó a menos que fuera con el propio Vero también.
Después de la muerte de Lucio Vero gobernó en solitario durante un tiempo, y ya la parte final de su vida la volvió a co-gobernar con su hijo Cómodo.
Marco Aurelio enfrentó dos desafíos bastante importantes como fueron la peste y la “invasión bárbara». La famosa “Peste Antonina» devastó al Imperio durante su reinado, ya que diezmó las filas de las legiones, sumado a que la mayor parte de su reinado fue dirigiendo el regreso de grupos de asalto germánicos y sármatas, algunos de los cuales penetraron las fronteras hasta Rávena.
Con su muerte se acaba ya con los primeros técnicos de la historia, con esos “Cinco buenos emperadores», seis si contamos al bueno de Lucio Vero, ya que no me gustaría que la historia lo olvidará por no tener un papel tan relevante, pero que igualmente aportó su granito de arena, curiosamente todo esto acaba en el momento en que un emperador tiene un hijo biológico, en este caso le tocó a Marco Aurelio poner el punto final.
Como posiblemente sepas la dinastía-antonina no termina todavía, pues queda como emperador romano a Cómodo, su hijo, pero ya no reúne las características de un técnico en el arte de gobernar, e incluso me atrevería decir que tampoco reúne las características en ser una persona normal, incluso para aquella época.
- Un filósofo emperador, algo impensable décadas atrás.
- Hizo frente a los desafíos de una forma pragmática y contundente.
- Resolvió los conflictos ocasionados por los emperadores que le precedieron.
- Con él acaba todo, su sucesor, su hijo Cómodo, no solo no esta a la altura de su padre, sino que degrada al imperio en todo su mandato, a día de hoy todavía se debate el porqué dejó la sucesión en su hijo.
REFLEXIÓN FINAL
No es un atrevimiento decir que estaban adelantados a su época, desde Nerva hasta Marco Aurelio, 65 años de distancia, hombres diferentes, y sin embargo hicieron lo que tuvieron que hacer de la forma más óptima posible.
Los aspectos negativos no son para deslegitimar o criticar a ninguno, más bien es para tener presente la complejidad de su puesto, no existe la perfección, mencionar solo lo positivo de las acciones y de las personas obviando los aspectos menos agraciados y cuestionables de las mismas, que siempre los hay, y más si se trata de la administración de un Estado, no sirve de nada ni a nadie.
La tecnocracia no busca el talento, sino el esfuerzo, el mejor preparado, hay un trono imperial que necesita de unos requisitos para dirigirlo, y para ello es necesario que alguien valga de verdad, no caben los sentimientos, solo el esfuerzo y la capacidad de adaptabilidad en los tiempos en los que se vive.